Siempre lo hemos dicho mis cinco lectores, el gabinete del gobernador del Estado de Quintana Roo; Carlos Joaquín González es sin duda su mayor lastre, ya que en vez de ser quienes arropen al mandatario y le ayuden a gobernar son quienes más problemas le dan.
Sin duda está difícil esta situación, ya que este gabinete es algo así como un Frankenstein conformado por diversas partes, nada compatibles, y en algunos casos sobras, que por más que se quisieron adornar o disfrazarse de cambio y bienestar, muchos sacan el cobre, y mis cinco lectores la gente no cambia, solamente disimula para conseguir sus objetivos.
En este Frankestein obviamente hay que ir por partes, Carlos Joaquín para vencer a los priistas en el poder, se valió de echar montón y sumar a su proyecto, a quienes el PRI; Roberto Borge y Félix González Canto habían desechado, ya sea porque no servían, por delincuentes y mala imagen o porque no aportaban nada.
Es por ello que vemos en el gabinete a alguien como Miguel Ramón Martín Azueta, quien en algún momento de su carrera se encumbró, y era conocido como alguien capaz, buen negociador y por una labia que le permitía conseguir muchos beneficios.
Como político no llegó más allá de ser presidente municipal de Solidaridad, en donde se benefició de su encomienda lo suficiente para una vez que salió del cargo intentara ser un improvisado empresario mediático, en donde un extinto diario como El Quintanarroense, quedó solo en un recuerdo.
Al no saber de medios pero si de gastar dinero, Miguel Ramón Martín hundió a ese periódico en donde era conocida dicha empresa por no pagar a sus colaboradores, menos darles prestaciones sociales, le quedó mal a mucha gente que se quedó sin empleo por los malos manejos y administración del referido.
No sólo fue ese negocio el que echó a perder, también había rentado una estación de radio en Chetumal “La Caliente” y por resultar este más caliente que su estación se vio envuelto en tremendo escándalo de faldas, golpes y demás lo que dio al traste con su aventura radiofónica, fracasando también en dicha encomienda.
Por si no fuera poco Miguel Ramón Martín Azueta también le dio en la torre cual rey Midas pero al revés quien todo lo que tocaba lo convertía en lodo, dio al traste con una empresa de lácteos, en donde dejó colgados y timó a decenas de productores del Sur de Quintana Roo, en una empresa lechera “San Martín” a la cual también le dio en la torre.
Así una refresquera, una empacadora y diversos negocios en los que motivado por su alto ego y pensar que con todo podía, fracaso tras fracaso fue sumando Miguel Ramón Martín, ya había tronado como político también como empresario, buscó cobijo en Mauricio Góngora Escalante de quien hasta compadre se hizo, sin embargo así como en los negocios y la política afectó también relaciones quedándole mal al otrora candidato priísta a la gubernatura.
Es entonces que al ver que ni como político, ni empresario ni como amigo la había hecho, sin tener nada podía ganar todo, y así es que Martín Azueta apuesta por Carlos Joaquín, y como talento, era lo que faltaba en la campaña de UNE, Miguel encajó bien y lo vio como su segundo o tercer o cuarto aire.
Por diversos factores que hemos mencionado en otras entregas, gana Carlos Joaquín y gente como Miguel Ramón que se la jugó con él no porque tuviera muchas opciones sino porque el equipo del hoy gobernador fue en el único que tenía cobijo y lo que importaba era echar montón.
Es así que llega a perfilarse como alguien importante para el nuevo sexenio, sin embargo, en este pastel del que exigía y le correspondía según él tremenda tajada, va repartido, entre quien opera los recursos y tiene mano en las decisiones, y sobre quien con una limpia trayectoria y sin escándalos es el secretario de Gobierno.
Así limitado en recursos monetarios, y en decisiones políticas, Miguel Ramón empieza a quedarle muy grande la súper secretaría que se mandó a hacer en donde ni la quinta parte de facultades tiene o ejerce de acuerdo a lo que se había plantado en un principio, bueno hay quienes incluso señalan que pide consejo y ayuda a personajes como Daysi Baeza para que “le eche la mano con Carlos”.
Así pues que lo único que ha podido hacer Miguel Ramón Martín Azueta es incrustar a sus hijos en algunos cargos menores, ya que de ahí en fuera su operatividad ha quedado limitada, y queda muy por debajo del secretario de Gobierno; Francisco López Mena y el de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN) Juan Vergara Fernández.
Ya que del plan que tenía de dominar a todo Quintana Roo, su gobierno, instancias y operar todo desde su súper oficina, quedó solo en una intención porque en la realidad luego de lo que fue su participación para maicear diputados y ganar la Gran Comisión al PRI, sus funciones quedaron limitadas, a un oneroso sueldo, prestaciones de acuerdo a su cargo y hasta ahí, nada por encima de los antes mencionados.
CURVA PELIGROSA….
Antes que continuar gastando millones de pesos en vehículos y viáticos, el diputado presidente de la Gran Comisión Eduardo Martínez Arcila debería de tener un ahorrito para que se hagan exámenes antidoping porque parece que algunos de sus diputados asisten abrumados o por los humos del alcohol o de algo más potente a legislar.
Urge Antidoping y alcoholímetro en la XV legislatura, ya que de plano el súper diputado Juan Ortiz del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) sube al pleno a decir tremendas incoherencias, y ofendiéndose le hayan dicho ignorante.
A simple vista y oído en un video que se ha viralizado se ve a Juanito o de plano intoxicado o con tremendas deficiencias para legislar, así está la altura legislativa, un pejezombie, bendita democracia por ella gente como el diputado hasta fuero tiene.
Y recuerden… Esto es Sólo para Informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario el pin, la CFE, los trolles y la BlackBerry nos lo permiten nos leemos pronto dios mediante pero que sea Xlalibre